Cuando llega el invierno se abren muchas posibilidades en cuanto al turismo, los pueblos se llenan de un encanto particular que cualquier amante de la naturaleza apreciará. Ya sea solo o en compañía, visitar alguno de los pueblos bonitos de España debe estar en tu lista de obligatorios.

¿Qué hace tan especiales a los paisajes en invierno? Te sorprenderá todo el potencial que el turismo de invierno nos presenta. Estas son algunas razones por las que DEBES visitar Trujillo en invierno:

Disfruta del municipio

Cuando se habla de pueblos bonitos en invierno, Trujillo es uno de los primeros que aparecen en la conversación, y no es para menos. Este municipio está ubicado a 45 kilómetros de Cáceres, y tras cruzar sus puertas podrás encontrar restos visigodos, romanos, árabes y cristianos, conformando un gran patrimonio que te recuerda que no se trata de una ciudad cualquiera.

Aparte de ser un lugar rico en historia, el mayor atractivo está alrededor de su Plaza Mayor, la cual gracias a su amplitud y abundante número de fachadas crea las vistas por las que es reconocido en toda España. Pero Trujillo no se basa solamente en su plaza para atraer turistas, también cuenta con el Palacio del Marqués de la Conquista y el Palacio de Carvajal Vargas, destinos que resaltan a la vista de cualquiera por su fachada renacentista.

Bien sabemos que todos estos atractivos están durante todo el año en este sitio, pero lo que no se ha mencionado es cómo con el invierno de fondo hace de sus escenarios más encantadores. Sentirás como si estuvieses en medio de una película navideña, además si apuestas por hospedarte en una casa rural como es Turgalium, en donde el confort y eficiencia te maravillarán, la experiencia será completa. 

Entorno

La naturaleza brilla en invierno, así que aprovechar los alrededores no es una mala idea. Por ejemplo, a tan solo una hora en coche de Trujillo se encuentra el Parque Nacional de Monfragüe, un área natural rodeada por las aguas del Tajo y el Tiétar. 

Este es un lugar que goza de una vegetación variada y una fauna donde abundan las aves. La forma más sencilla de conocerlo es tomar La Ruta del Cerro Gimio, para una jornada de senderismo que permite admirar casi todo lo que ofrece el lugar.

Una vez acabado el recorrido, todavía habrá mucho que ver. El Castillo de Monfragüe, en donde disfrutar de vistas únicas. O el Torrejón el Rubio, que está abierto de igual forma al público, pero con reserva, y que cuenta con un observatorio astronómico rodeado por una cúpula de varios metros de diámetro. Todo esto junto crea el lugar perfecto para cualquier amante de la astronomía.

Y un poco más lejos del observatorio se encuentra el Monumento Natural de los Barruecos, donde se pueden apreciar esculturas que la misma naturaleza hizo, semejantes a animales y plantas autóctonas que se han encontrado en el mismo santuario.

Ya tienes plan para visitar Trujillo en invierno, ¡te esperamos!